En español se utiliza la expresión «complicado como un nudo gordiano» para referirse a una situación de difícil solución, en especial cuando la situación sólo admite soluciones creativas. Sin duda, el nudo gordiano vial de Tegucigalpa es el tramo interconector de la carretera del Norte y la carretera hacia Olancho, en cruce con el bulevar que viene de la colonia Santa Fe hacia el Lolo, incluyendo la calle que atraviesa la lomita de la colonia El Carrizal. Este pequeño espacio de poco más de un kilómetro cuadrado, constituiría la delicia de cualquier estudioso en vialidad.
La zona, ya desde antes sobrecargada; ha colapsado con la actual pavimentación de la subida del Barrio El Chile hacia Cerro Grande y la reparación del bulevar del Norte, ya que es prácticamente la única vía mas o menos transitable para salir hacia Olancho o para ir a la mencionada colonia Cerro Grande. Los embotellamientos descomunales que allí se forman, obligan a los desdichados que nos aventuramos a cruzar, a disponer de no menos de cuarenta y cinco minutos de nuestro ya devaluado tiempo para transitar de la carretera del Norte hacia la salida a Olancho. Y ¡ay! de nosotros si deseamos regresar pronto, pues el desperdicio de gasolina y tiempo es colosal y duplicado.
Ocurre que para subir al interconector, debemos hacer cola desde la entrada a la colonia Centroamérica y si giramos en “U” en la propia carretera del Norte, caemos al puente frente a la estación de Bomberos, donde algún “genio” del transporte vial instaló una terminal de buses a cuyos conductores, nada les importa el tiempo y el combustible de los demás. Luego, por ser un interconector entre las carreteras hacia dos zonas productivas del país, el paso de pesados furgones contribuye con una fuerte dosis de lentitud y estorbo. Y por si fuera poco, en el mismo puente y en sus alrededores, se ha instalado una especie de mercado callejero que también entorpece el limitado espacio para la circulación de peatones y de vehículos.
Ante las colas que formamos quienes queremos mantener cierto orden, aparecen los conductores abusivos que se adelantan en flagrante invasión del carril contrario y aprovechan cualquier descuido para embestir e introducir sus vehículos en el más minúsculo resquicio, sin importarles para nada el derecho de los que estamos primero. Los constantes giros a la izquierda sin semáforo y sin el auxilio de la policía de Transito, terminan por volver casi imposible la circulación. Todo ello, aunado al pésimo estado de las calles que claman a gritos por un relleno, aunque sea de tierra.
Alejandro el Grande, deshizo el nudo gordiano con sólo un golpe de su espada. Aquí, ni el Alcalde, ni el Comité Vial, ni la Policía de Transito, ni SECOPT, ni los innumerables asesores presidenciales de “a millón”, parecen tener su machete afilado para resolver la vorágine vehicular que se forma. Ojala algún espíritu caritativo les facilite una buena lima y hagan algo por los conductores que deseamos respetar la Ley de Transito, pero que contagiados por las circunstancias del desorden colectivo, también nos convertirnos en actores del caos y el abuso.
martes, 22 de abril de 2008
Honduras En Latin American Idol
Canal 10 Televisión Educativa Nacional (TEN) que dirige el Lic. Rodrigo Wong Arévalo, ha tomado una iniciativa digna de alabar y aplaudir, enviar a tres jóvenes talentos del canto popular a la audición de la 3ra. edición del concurso Latin American Idol que se realizará en ciudad de Panamá, el próximo sábado 3 de mayo.
Lo anterior representa el esfuerzo conjunto del Canal y varios de sus auspiciadores privados para que Honduras tenga representatividad en este popular concurso que aglutina jóvenes de casi toda América Latina, quienes compiten semana a semana por la oportunidad de forjarse una carrera como cantante pop, ya que de ganar se tiene seguro un contrato de grabación y obviamente, un espaldarazo fuerte hacia el mundo de la farándula musical.
En las últimas dos semanas, más de de ciento veinte cantantes juveniles han competido en dos audiciones, una celebrada en San Pedro Sula el 10 de abril y otra en Tegucigalpa realizada el 17 del mismo mes, de las cuales fueron seleccionados ocho por ciudad, que competirán el 26 de abril en reñida final a realizarse en el estudio del Canal 10. Los tres que seleccione el jurado dispuesto al efecto, serán los representantes hondureños en Panamá y viajarán con todos los gastos pagados por Canal 10 y sus patrocinadores.
Hay que ser realistas y conscientes que la competencia en la ciudad canalera será muy dura, pues de seguro jóvenes entusiastas de toda Centro América se presentarán a buscar una plaza en el Concurso cuya final se disputa en Buenos Aires, Argentina. No obstante, habiendo asistido como Jurado a la preselección de Tegucigalpa y habiendo tenido la oportunidad de escuchar a los seleccionados en San Pedro Sula, no puedo menos que pensar en Honduras hay mucho talento natural, que sólo requiere ser pulido al igual que los diamantes, que de ser carbón pasan a brillar en todo su esplendor, una vez sometidos a rigurosos procesos.
Es de admirar el gran esfuerzo que hacen estos muchachos para ganarse un sitial en el concierto del arte musical continental, ya que en su mayoría son autodidactas y si acaso, muy pocos han recibido alguna instrucción para cantar y desarrollar así ese potencial con que Dios les ha bendecido. Sin embargo, su ambición es enorme y su deseo de figurar puede darnos una grata sorpresa.
Canal 10 merece toda mi admiración por haberse embarcado en esta aventura de colocar embajadores musicales en Panamá, labor que debería corresponder al gobierno. Amigos artistas de la talla de Tony Sierra, Moisés Canelo, Alfonso “Fonchín” Flores, Max Urso y Osvaldo Espinal han aportado toda su experiencia y sus consejos para estos noveles cantantes, que pocas oportunidades tienen de lucir sus habilidades en escenarios internacionales.
Esperamos que los tres seleccionados saquen a relucir sus mejores recursos en Panamá y se agencien un puesto en la ronda final del Latin American Idol. Honduras merece ser conocida por sus valores positivos y la música es un lenguaje universal para lograrlo.
Lo anterior representa el esfuerzo conjunto del Canal y varios de sus auspiciadores privados para que Honduras tenga representatividad en este popular concurso que aglutina jóvenes de casi toda América Latina, quienes compiten semana a semana por la oportunidad de forjarse una carrera como cantante pop, ya que de ganar se tiene seguro un contrato de grabación y obviamente, un espaldarazo fuerte hacia el mundo de la farándula musical.
En las últimas dos semanas, más de de ciento veinte cantantes juveniles han competido en dos audiciones, una celebrada en San Pedro Sula el 10 de abril y otra en Tegucigalpa realizada el 17 del mismo mes, de las cuales fueron seleccionados ocho por ciudad, que competirán el 26 de abril en reñida final a realizarse en el estudio del Canal 10. Los tres que seleccione el jurado dispuesto al efecto, serán los representantes hondureños en Panamá y viajarán con todos los gastos pagados por Canal 10 y sus patrocinadores.
Hay que ser realistas y conscientes que la competencia en la ciudad canalera será muy dura, pues de seguro jóvenes entusiastas de toda Centro América se presentarán a buscar una plaza en el Concurso cuya final se disputa en Buenos Aires, Argentina. No obstante, habiendo asistido como Jurado a la preselección de Tegucigalpa y habiendo tenido la oportunidad de escuchar a los seleccionados en San Pedro Sula, no puedo menos que pensar en Honduras hay mucho talento natural, que sólo requiere ser pulido al igual que los diamantes, que de ser carbón pasan a brillar en todo su esplendor, una vez sometidos a rigurosos procesos.
Es de admirar el gran esfuerzo que hacen estos muchachos para ganarse un sitial en el concierto del arte musical continental, ya que en su mayoría son autodidactas y si acaso, muy pocos han recibido alguna instrucción para cantar y desarrollar así ese potencial con que Dios les ha bendecido. Sin embargo, su ambición es enorme y su deseo de figurar puede darnos una grata sorpresa.
Canal 10 merece toda mi admiración por haberse embarcado en esta aventura de colocar embajadores musicales en Panamá, labor que debería corresponder al gobierno. Amigos artistas de la talla de Tony Sierra, Moisés Canelo, Alfonso “Fonchín” Flores, Max Urso y Osvaldo Espinal han aportado toda su experiencia y sus consejos para estos noveles cantantes, que pocas oportunidades tienen de lucir sus habilidades en escenarios internacionales.
Esperamos que los tres seleccionados saquen a relucir sus mejores recursos en Panamá y se agencien un puesto en la ronda final del Latin American Idol. Honduras merece ser conocida por sus valores positivos y la música es un lenguaje universal para lograrlo.
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