sábado, 26 de marzo de 2011

DAVID GOMEZ MUSICA SIN FRONTERAS

El lugar, el parque central de Valle de Ángeles, la ciudad turística como se apellida hoy. La fecha, 25 de marzo. Una noche primaveral, con un agradable clima. El motivo, presenciar el concierto público ofrecido por David Gómez, joven pianista español, que en los anuncios de periódico ofrece una interesante combinación de música clásica, tangos modernos y música popular. Los patrocinadores, la Cámara de Comercio Española, la Agencia de Cooperación Española, la Alcaldía Municipal, la Casa de la Cultura y la Cámara de Comercio de Valle de Ángeles, entre otros.

Eran las siete de la tarde y en la plaza comenzó a reunirse la gente. Sin mucho aspaviento, apareció David para calentar y probar el sonido. No debió serle fácil, ya que en ese momento sonaba con fuerza un grupo musical del pueblo interpretando canciones tropicales. A pesar de la interferencia el pianista, sin inmutarse, estiró sus dedos y acometió escalas y armonías que le permitieran estar a punto a la hora de comenzar su recital. Un detalle curioso, el banco del piano al parecer no tenía la altura apropiada y David solicitó una silla, le trajeron una que desechó y al final se acomodó en una silla de madera y cuero, una de esas típicas hondureñas. En el fondo, la misa dio inicio en la iglesia del pueblo.

A las siete y treinta anunciaron un acto previo, el grupo Mar, una pareja suponemos de argentinos, que bailó dos tangos con maestría, a pesar que el suelo del parque no era el más apropiado para ello. Inmediatamente después se anunció a David Gómez. Al salir, solicitó el micrófono y contó que ha venido seis veces a Honduras y siempre tuvo la idea de hacer conciertos en lugares “atípicos”, donde la música clásica difícilmente llega. Agradeció a Roberto Ordoñez de San Pedro Sula por el piano de cola que lucía imponente en medio del improvisado escenario adornado de banderas tricolores: amarillo, blanco y verde. El ambiente cálido lo brindaron candelas en bolsas de manila.

La primera obra fue la “Serenata Francesa” de Johan Sebastián Bach, que Gómez interpretó con soltura y elegancia. Al finalizar, los asistentes que ya éramos alrededor de ciento cincuenta, quizá más, aplaudimos calurosamente la ejecución. Enseguida vino una Sonata de Amadeus Mozart, obra en tres movimientos, chispeante como su autor. Los aplausos fueron ahora más nutridos y la calidad del concertista quedó evidenciada.

Enseguida, lo que mi mente denominó una Sonata de Astor Piazzolla, cuatro obras cortas de este genio argentino de la música moderna, que con audacia y talento elevó al tango a niveles cercanos a la música clásica, “Invierno Porteño”, “Verano Porteño”, “Milonga del Ángel” y “Adiós Nonino”, la obra cumbre de Astor Piazzolla, conformaron de manera natural una obra que parecía un todo integral, lleno de armonías complejas y matices intensos y melancólicos. David recibió nutridos aplausos de un público cada vez más embebido en las interpretaciones.

Luego, el artista anunció que iba a interpretar seis piezas de su propia autoría que está grabando en Londres. Puntualizó que los productores esperan que alguna de ellas se inserte en alguna película. Dada la nacionalidad del compositor, llamó la atención que varias de estas obras tengan títulos en ingles. La primera de estas piezas se intitula “The Island” y está inspirada en Mallorca, una de las Islas Baleares, cuna del artista de la noche. La segunda melodía se llama “El Faro” y se refiere a la isla Formentera donde hay un faro que fue la fuente de inspiración.

Al terminar las primeras dos piezas, David se levantó, recogió el micrófono e invitó a la gente que estaba cercana para que se integrara a disfrutar del recital y si no que por favor guardasen silencio, en respeto a la música. Resulta que hasta entonces, había bastante ruido ambiente, niños gritando y jugando, transeúntes que cruzaban por delante y por detrás del improvisado escenario, perros ladrando quizá tratando de armonizar con las melodías.

El concierto continuó con las piezas “Child”, dedicada a su sobrina y “Grandfather” dedicada a su abuelo. Culminó este set con “Rain”que conceptuó como un canto a la lluvia optimista y “My Piano”, tema enérgico dedicado a su piano, su “novia” como apuntó. Seguidamente, anunció un bloque de cuatro melodías españolas, dos de Joaquín Turina y dos de Ernesto Lecuona, el famoso compositor nacido en Cuba de padres españoles, incluida la famosísima “Malagueña” que fue un excelente cierre. Al terminar, una ovación cerrada y de pie, le mostró a David Gómez que los asistentes habíamos disfrutado grandemente su recital.

En retribución, Gómez agradeció y solicitó hacer una última obra, “My Home” inspirada en su nostalgia por el hogar. Antes de interpretarla expresó que en Latinoamérica y particularmente en Honduras, se sentía como en su casa. Con ello, cerró este recital de un pianista joven que está labrando su carrera y que demostró gran sensibilidad social al llevar su música y su talento a lugares poco ortodoxos para la música seria. David demostró grandes cualidades interpretativas, energía, seguridad, empatía con el publico, maestría interpretativa y sencillez. Le auguramos el mejor de los éxitos.

viernes, 4 de marzo de 2011

Comentarios de Mario Berríos Sobre mi Libro


Mario Berríos, si el prolífico escritor nacional, es un nuevo buen amigo, le conocí en San Pedro Sula apenas en diciembre del año pasado, pero en este corto tiempo he podido apreciar su amor por este país nuestro, su amplio conocimiento sobre varios temas, en particular sobre la época de la "guerra fría", su afán de investigar siempre más, su deseo de que las cosas, las personas y las instituciones nacionales mejoren, su curiosidad, su versatilidad (fue militar, hoy es Licenciado en Derecho, escritor y Diplomado en Periodismo) y principalmente, su sincero afecto por las artes y la cultura de Honduras.

Como parte de esto, me permito reproducir unas líneas que escribió, a manera de editorial, en Diario Tiempo al referirse al libro "La Música de Mis recuerdos", que le obsequiara al momento de conocerle. Sus palabras son muy importantes para mi, escritor aficionado y me han servido para pensar seriamente en ponerme a escribir otro libro. Aquí están sus conceptos:

"Como me agrada a más no poder estudiar a los autores hondureños, a nuestros compatriotas, por calidad y porque tengo entre ceja y ceja apoyarlos, independientemente de sus preferencias ideológicas pues las ideas no deben morir, recientemente tuve la grata sorpresa de leer POEMARIO FAMILIAR, de Jorge Roberto Interiano; LA MÚSICA DE MIS RECUERDOS, Víctor Donaire; y PALABRAS ENTRECORTADAS, un poemario en formato PDF de autores de Choluteca. Con la idea de aprovechar el tiempo disponible en aeropuertos y en las distancias, para cumplir mi compromiso en la Universidad de Jacksonville, invitado por un grupo académico, introduje los mencionados libros en mi equipaje de mano.

El tercer libro, leído en mis serenas noches mientras oteaba el horizonte donde una vez apareciera el conquistador Juan Ponce de León, en 1513, en busca de la fuente de la juventud, un libro llamado LA MÚSICA DE MIS RECUERDOS, del señor Víctor Donaire, me quita el sueño. Sin duda uno se pregunta inmediatamente sobre qué es del autor, los vericuetos de su vida, el estilo, la dinámica de contar el relato. Con sumo agrado —por su amenidad sincera y los temas, la música hondureña y las peripecias del autor en ese mundo— descubro datos sorpeendentes: el libro había sido publicado en el año 2007, “¿dónde estaba yo que no lo había leído?”, me pregunté otra vez. En su libro Donaire cuenta su trayectoria musical a lo largo de un poco más de cuarenta años. Página a página, párrafo tras párrafo descubro sus primeros pininos con una guitarra a la cual le pone nombre, luego comenta prácticamente la interesante y poco desconocida historia de varios grupos musicales en los cuales participó, las situaciones y el ambiente en el que compone algunas canciones, al margen nos ilustra sobre los orígenes y significado de ciertos versos misteriosos de la canción folclórica Parindé o, mejor dicho, El Indio Gualcinse.

A mi vista transcurre la agitada experiencia, como si yo estuviera en ese tiempo, de reconocidos grupos de cuando yo estaba de niño, mirando los discos en Radio Lux, de mi Olanchito, frente al parque, donde llegaba a observar la forma misteriosa en que las voces de personajes en cabina, entre ellos Ramón “Compa Moncho” Morales, “Lacho” Ruíz, Remberto Rosales y Blanca Sánchez, llegaban a una desvencijada radio que tenían donde mi abuelita Luisa Montoya. De esa forma a mi vista desfilan los Los Jets, Los Speed, Trilogía, Antología, ONE, Ave María, Los WALKERS del Instituto Central y Los SHARKS. Al leer escucho Caminando por Tegucigalpa y El Soldado Ausente, la elegida en mis tiempos de armas. Donaire vivió sus primeros años en Chile, luego llega a su tierra natal, Honduras, para culminar estudios secundarios en el Instituto Central “Vicente Cáceres”. Toca la guitarra, el bajo, la armónica y algo de batería y percusión, instrumentos que aprendió de manera autodidacta. Compone desde los dieciséis años. Ha sido invitado a participar como jurado en diversos festivales musicales. Le divierte la fotografía, lee, gusta del cine, escribe y pescar… Además es miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Autores, Compositores, Intérpretes y Músicos de Honduras. No me sorprende que sea Psicólogo ni la calificada lista de premios obtenidos como cantante y compositor, ya lo palpaba en el libro, porque el autor se conoce por lo que escribe, a tal grado que los libros se parecen a él, como el hijo al padre." www.marioberrios.net

No hay palabras para agradecerle a Mario su gentileza, su desprendimiento sincero. Sólo puedo retribuirle diciéndole a todos, que deben leer sus obras si quieren a este país, en ellas se cuenta parte de la historia moderna de Honduras, los intríngulis políticos, las luchas ideológicas, las causas detrás de los hechos y las acciones, en fin hay mucho material para aprender de nuestra Patria y al mismo tiempo, buenas respuestas a una serie de interrogantes que todos nos hemos hecho. ¡Gracias Mario!