Sabor a buenos momentos vividos, recuerdos agolpados entre líneas musicales y acordes que representan una época de nuestra historia, una de muchos festivales de la Canción donde las orquestas acompañando la música que denominamos "popular" marcaban un estilo en el que rítmicamente buscábamos una canción humanista que a fuerza de coros cambiara intensiones, o una romántica balada que reencontrara corazones.
Todo esto vivimos quienes tuvimos la oportunidad de acompañar a Victor Donaire , quien con una jornada de tres días seguidos celebró la semana recién pasada, en el Teatro Nacional Manuel Bonilla, sus 40 años de vida artística con un Concierto que llevaba por nombre el título de una de las canciones que mas lo define como ser humano, aunque no sea la que mas lo defina como el Compositor, que muchos descubrimos esa misma noche de Concierto.
"Soy como soy", convocó a muchos de sus amigos, muy buenos intérpretes como Miguel Angel Mejía, que ángel el del amigo, no lo suelta un solo momento mientras se balancea con gracia en el escenario, cuando coquetea entre el público, cuando juega con picardía alargando o acortando notas con la pericia del magnífico bolerista que es; Miguel Angel es hondureño y vive en Puerto Rico y vino con alegría, lo digo porque se le notaba que estaba alegre de compartir con Victor y el público que lo disfrutamos tanto.
Muy plantada estuvo también Lesbia Karina Nasser, con ese timbre dulce pero firme, disfruté mucho la pieza en la que la Orquesta Sinfónica Juvenil de la Escuela Nacional de Música, en ésta, bajo la Dirección del Maestro Rigoberto Martínez, acompañando con matices deliciosos, nos permitió apreciar su capacidad vocal, nos dejó ver a una Lesbia Karina mas apropiada del género, menos construida por los festivales en los que se les enseña un paso que invite a participar; "Sin tu amor", fue, desde mi punto de vista, la canción que mejor la vistió esa noche.
Todos quedamos cautivados, atrapados en la delgada voz de Teddy Soto, panameño adoptado hace mucho por nuestra Patria, cuando interpretó el poema de Rafael Heliodoro Valle que Victor musicalizó, "Ultramarina", sencilla melodía para sencillo poema, en esta sencillez radica su calidad y su belleza. Yo había escuchado esa canción en un demo que compartiera Victor conmigo hace meses, pero esa canción tiene un dueño para su interpretación y en este Concierto quedó demostrado, felicidades Teddy!!
Quique Argeñal, que guitarra más sonora, frondosa y dadivosa como quien la ejecuta, que carisma el suyo, cuanta complicidad les une con Victor, es hermoso verles ahí haciendo esas piezas que todos conocemos en otro idioma, adaptadas al nuestro por Victor, con inteligencia y con respeto. Gracias por ese bloque donde los cassets retrocedieron y rebobinaron rostros, paisajes y situaciones hace un buen tiempo vividas.
A los jóvenes, muchachas preciosas y muchachos encantadores de la Orquesta Sinfónica Juvenil de la Escuela Nacional de Música y a los Directores de esa noche: Rigoberto Martínez, Juan Antonio Núñez y Gerson Hernández el nombre…. gracias sobre todo por esa posibilidad de mezclar armoniosamente un género popular con la delicadeza del clásico que les pertenece y por permitirse la oportunidad de abrir sus abanicos musicales, seguro que encontraron "plenitud" en mas de un momento, que es finalmente, el objetivo de hacer música.
Victor lo dejó ver muy claro cuando parodió un reguetón, cuando reflexionó sobre la falta de mensaje en este género que domina en los medios, y ponderó la belleza de la poesía hecha canción.
Me alegra saber que somos muchos y muchas, de diferente manera, con diferentes lenguajes musicales, con diferentes concepciones armónicas y de composición literaria y musical, los que pertenecemos a un movimiento cultural que se abandera de la inteligencia, que respeta al oyente, que no recurre al facilismo ni a la moda que al final de cuentas refuerza modelos "adormecedores del pensamiento", y que le apostamos a un mensaje de vida, de humanidad, de identidad, de pertenencia.
Cuando los medios de comunicación comiencen a botar "el otro muro", como dice una de las canciones de Victor, y le den paso a esta concepción artística de mayor contenido musical, filosófico, sumador de voluntades y no convocador de idioteces en masa, les aseguro, podremos hablar de ese rostro que a menudo decimos, no existe, ver a Victor y a todo ese mar de amigos que convocan nostalgias, nos dice, si hay con qué construirlo, otra Honduras, otra América Latina, es posible.
Karla Lara, interprete nacional
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